La RAE define «latente»
como «oculto, escondido o aparentemente inactivo». Algo que entra en estado
latente.
- Estado latente: Que
tiene suspendidos su desarrollo o actividad. Pero puede activarse de nuevo en
condiciones favorables.
Entender, manejar y aplicar
este concepto es clave. Es la base de la supervivencia.
En el campo de la biología,
el ejemplo más claro es este: Una semilla puede permanecer mucho tiempo en
estado de latencia hasta que las condiciones son favorables para la
germinación. Otro: Las yemas de crecimiento de muchas especies vegetales, que
quedan preparadas y encapsuladas en invierno esperando la próxima primavera.
El estado latente implica
una reducción del metabolismo ante la falta de condiciones adecuadas en el
entorno, o como consecuencia de recibir daños más severos –pero no
irreversibles– de lo esperado.
Los organismos (sistemas)
crecen adaptándose –en función de– a las condiciones y daños –no mortales– que
genera el entorno que les rodea en cada momento. Es una estrategia adaptativa y
oportunista de supervivencia frente a condiciones ambientales desfavorables.
El estado de latencia no se
alcanza instantáneamente, se necesita un tiempo para ir adaptándose a las
nuevas condiciones y daños impuestos por el medio. Una vez que el medio
recupera las condiciones apropiadas para el desarrollo del sistema, la latencia
da paso al crecimiento y desarrollo del sistema. En este punto, la naturaleza
de una semilla puede resultar algo lenta. Nosotros podemos ser más activos en
cuanto a entrar y abandonar el estado de latencia de nuestros proyectos. La
violencia del cambio –a peor– tiene que determinar la velocidad de entrada en
latencia.
Es necesario entender,
asimilar y aplicar la idea de latencia para luchar contra el suicidio que a
medio y largo plazo implica el crecer por crecer siempre y de forma
sistemática. Lo mismo que existe una latencia impuesta por el medio, existe una
latencia generada de forma endógena, por el propio organismo (sistema).
En una empresa, dependiendo
del daño causado por el medio -mercado-, se puede buscar la forma de entrar en
estado de latencia. Ante un daño grave -no mortal-, puede ser prudente entrar
en estado de latencia, manteniendo las funciones mínimas vitales de
mantenimiento de marca, manteniendo abiertas líneas de ingresos basadas en
cuentas rentables que puedan mantener una estructura mínima de funcionamiento,
etc. Hasta encontrar de nuevo productos y mercados que permitan retomar el
funcionamiento y después el crecimiento.
Una posible forma de entrar
en latencia es licuar la estructura. Si el medio cambia para mal, debemos
desengrasar la estructura. El problema de esto es quitar demasiado afectando a
procesos imprescindibles para la supervivencia del sistema (proyecto,
empresa…). Antes de entrar en modo latencia debemos intentar recorrer el camino de
la supervivencia. Es sencillo, basta con dejar en marcha los procesos básicos
que nos permitan generar unos ingresos mínimos para cubrir los costes fijos
mínimos. Sobrevivir en la larga cola es una forma de latencia.