El gran factor
limitante de tu proyecto es la aparición inesperada de un evento que lo tumbe.
Un puto cisne negro.
Esta es la base
de la teoría de las limitaciones: tu sistema -empresa, proyecto, negocio- opera
en función de los factores limitantes que tenga. Detecta esos factores
limitantes, y ve intentando suprimirlos o mitigarlos. Según aumenta la
complejidad de un sistema, lo hace el número de factores que lo pueden limitar.
De hecho, cuando mitiguemos o suprimamos uno, seguramente aparezca otro en otra
parte del sistema. Es un proceso de mejora y adaptación continuo.
Pero ¿Qué
hacer con un evento que hoy no existe, que no podemos ver y por lo tanto prever,
que nos puede tumbar, y que sabemos que puede aparecer en cualquier momento?
Solución: Pasarnos
la vida gestionando en función de ese posible e improbable evento que nos puede
tumbar. Esto implica desarrollar un modelo de gestión de tipo orgánico. Es
decir, una gestión adaptada todo lo posible al entorno en el que operamos, y a nuestros
-limitados- recursos (capital, endeudamiento, conocimiento, saber hacer…)
Esto no
implica quedarse estancado. Muy al contrario, es coherente con una forma de
crecimiento y adopción de riesgo que implica ir generando pequeñas apuestas a
lo largo del tiempo, de tal forma que de no funcionar algunas de ellas, podamos
ir asumiendo esas pequeñas perdidas, e ir generando nuevas apuestas -nuevas
opciones-. Es decir, apostando en cada momento, lo que nuestro sistema -negocio,
proyecto…-, este dispuesto a perder. Estas pequeñas apuestas deben buscar la
mayor asimetría posible. Es decir, buscar un gran retorno con la mínima
inversión posible, asumiendo la que la mayoría de esas pequeñas inversiones o
van a funcionar. Esto es lo que entiendo por un crecimiento orgánico.
Nota: el
entorno actual, es más inestable y caótico que nunca. A medida que aumenta la globalización,
las relaciones se multiplican y entran más actores en el juego. Por lo tanto,
las variables desconocidas que entran a formar parte del ecosistema en el que
te desenvuelves se multiplican de forma exponencial. El sistema se vuelve, más
y más complejo. Y por lo tanto más y más caótico.
A medida que
pasa el tiempo también se acumulan -de forma silenciosa- las probabilidades de
que ocurran eventos que impacten de forma negativa y salvaje en tu proyecto. Es
decir, cuanto más tiempo pases en la partida, más probabilidades de encontrarte
con algún evento de este tipo.
¿Qué pasa si
finalmente ese evento no aparece? Mira qué suerte. El día que te retires de la
partida, te llevas todos tus excedentes -beneficios-, o puedes cubrir todas tus
perdidas, créditos, etc.. y a otra cosa mariposa.
Resumiendo:
por un lado, tienes que estar haciendo apuestas que puedas asumir de forma
constante para ir incrementando las probabilidades de acierto. Por otro, debes
gestionar todo esto para evitar que la aparición de un evento inesperado y/o la
acumulación de riesgos de cola te tumben. Por cierto, ningún modelo de negocio
o estrategia se prueba hasta que sobrevive a un evento traumático.
Eso implica:
- Entender que no importa la
frecuencia, importa el impacto.
- En caso de necesidad poder desarrollar un repliegue rápido y ordenado, y
en caso extremo, entrar en modo latencia.
- Crecer
desde un enfoque de pura supervivencia. Esto implica un crecimiento orgánico,
sin deuda, o con una deuda que se pueda cubrir en cualquier momento. Es un
crecimiento adaptado al medio y los recursos de los que se dispone en cada
momento.
- Si un año no
se puede crecer, o se decrece, no pasa nada. Tenemos adaptado el sistema para
que aguante este escenario.
- Una
estructura -costes fijos- enfocada en mantener los procesos esenciales del modelo
de negocio, eso que se llama core business.
- Redundancias
en los activos clave del negocio. No tener miedo a generar algunas ineficiencias
-teóricas-. Por ejemplo, mantener un volumen de efectivo disponible -liquidez-
que nos permita afrontar eventos inesperados, y en un momento, un repliegue rápido
y ordenado.
- La suma de
óptimos locales, no generan un óptimo global del sistema, porque un óptimo de
un subsistema, puede generar un cuello de botella en otro. Olvida la búsqueda
del óptimo global del sistema, es perder el tiempo. De hecho, un sistema
optimizado al máximo es un sistema con una fragilidad máxima. No se va a poder
adaptar al mínimo cambio. Y a la mínima hará crack.
Cisnes grises:
tener tu sistema preparado para que un evento negativo de alto impacto haga que
te tambalees, pero no que te vayas a la lona. Permite ganar tiempo para
intentar que el sistema se recupere del impacto.
En las
siguientes entradas voy a seguir explorando todo esto con algún detalle más.