Cuando no entendemos que la realidad es asimétrica, cuando queremos ver la realidad como algo lineal, y por lo tanto predecible, la fluctuación nos incomoda. Y además, al no entender su naturaleza, no podemos jugar con ella en nuestro beneficio.
Una fluctuación es la diferencia entre un valor tomado en un instante y su valor normal, y por lo tanto esperado. La fluctuación es una consecuencia del ruido que genera el azar. Es lo que nos permite apreciar la textura no lineal de la realidad que nos envuelve. En una realidad lineal, la fluctuación no existe. Lo que esperamos obtener es consecuencia directa, y en una proporción determinada (y esperada), de lo invertido.
Muchas veces no podemos apreciar el ruido (o la señal) de forma directa, (las infinitas variables que componen la realidad que nos rodea) pero podemos apreciar su existencia en forma de fluctuaciones.
En una realidad en constante movimiento, el ruido es inevitable. Los cambios, las fluctuaciones en facturación, ventas, clientes, beneficios… es lo normal. La realidad que te rodea esta en movimiento de forma constante. Y ese movimiento es aleatorio. Poner nuestra atención en esos movimientos es perder el tiempo. Y por desgracia es del todo común debido a la presión de generar resultados a corto plazo de forma continuada, y de aplicar los viejos manuales.
Las fluctuaciones en los beneficios y facturación son normales, es ruido. Lo que hay que ver y estudiar es la tendencia. Tenemos que analizar el fondo. Si el equipo gestor es el mismo, si su conocimiento y saber hacer no han variado de un año a otro (de hecho, habrá aumentado vía aprendizaje), la causa de la fluctuación es puro azar. Es decir, los fundamentales de la empresa no han variado.
Ante una bajada/subida de la facturación y/o los beneficios se debe hacer… n-a-d-a.
Las fluctuaciones dentro de límites razonables son normales. Las fluctuaciones salvajes (positivas o negativas) y muy asimétricas, son las que pueden poner en peligro la continuidad del proyecto, son las que pueden hacerlo reventar.
Lo importante es que la facturación y el beneficio permitan seguir en la partida. Si la facturación y el margen nos permiten cubrir todos los costes estamos rozando el límite inferior. Tenemos que estudiar esa racha negativa. Tenemos que estudiar si la ha desencadenado algo no puramente aleatorio: como está funcionando nuestra cartera de servicios.
Si estamos generando una facturación y beneficio muy superiores a lo esperado, tenemos que estudiar esa racha positiva.