Nuestra cabeza invierte el sentido de la causalidad: Supón que las buenas cualidades profesionales son causa del éxito. A partir de este supuesto pensamos que toda persona inteligente, trabajadora y perseverante tendrá éxito. Pero esto es falso. No implica que toda persona de éxito sea inteligente, trabajadora y perseverante. Mira a tu alrededor…
Las estanterías de las librerías están llenas de autobiografías de millonarios que cuentan cómo hacerse rico. Hablan sobre los rasgos que tenemos que desarrollar (que son los de los millonarios) para hacerse rico. Pero esos rasgos los tenemos la mayoría, por lo tanto parece que el azar tiene algo que decir. ¿Si eres tan listo, por qué no eres rico?
La suerte es independiente y democrática, y afecta a todos con independencia de sus rasgos iniciales. El que todos los millonarios sean trabajadores duros persistentes no significa que todos los trabajadores duros y persistentes sean millonarios. Hay muchos emprendedores en la cuneta que eran trabajadores duros, persistentes y brillantes.
La mayoría de los éxitos están causados por muy pocas ventanas de oportunidad. El no aprovecharlas puede ser mortal para la carrera profesional. Conclusión: te la tienes que jugar (de forma controlada, apostando lo que estés dispuesto a perder) pero tienes que correr algunos riesgos. Tienes que aprovechar las posibles oportunidades, como ya comente en alguna entrada anterior, Facebook es una oportunidad que aparece por puro azar, y es aprovechada y explotada de forma conveniente. Ese es el verdadero valor de su fundador, no el de ser un visionario, que es como se le presenta (y parece que al chaval le encanta).
El planteamiento correcto es: sobre una población de profesionales o productos o lo que sea, una pequeña proporción triunfaran por pura suerte. Es decir una gran población de personas, productos… producirá necesariamente algunos triunfadores por puro azar. Si ya sé, duro de asimilar para tu cabecita, pero es lo que hay.