El miedo a la perdida lleva a un callejón sin salida, lleva a no probar nada, y por lo tanto a no exponerte al éxito.
La fórmula del suicida: Apuesta más de lo que está dispuesto a perder, si lo pierde, se va directo al cementerio. Se ha vuelto muy vulnerable a que pueda pasarte algo negativo/inesperado (sucesos del tipo cisne negro).
La fórmula del tonto: No apuesto nada, no vaya a ser que lo pierda. Si no apuestas nada por miedo a perder algo, ya estás perdiendo en forma de un sinfín de oportunidades y de opciones con las que no estás jugando. Ya ves, incluso cuando no estás dispuesto a perder nada, estás perdiendo algo. Si Crees que estás muy seguro en tu empleo, o por tener un negocio que funciona, o por vivir de rentas, tienes un problema. La opción “no perder nada” no existe.
La fórmula correcta para evitar esto es sencilla, aunque por lo que parece, no muy evidente: Apuesta lo que estés dispuesto a perder, si lo pierdes, asumes la pérdida y sigues adelante.
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